Vistas de página en total

“MAQUILLAJE DE UN CRIMEN” (VIII)

“MAQUILLAJE DE UN CRIMEN” (VIII)

Publicado en ColaboradoresJueves, 13 Marzo 2014 18:43
“MAQUILLAJE DE UN CRIMEN” (VIII)La maldición del dinero rompería la unión de los Belmont
Nota de Redacción.-La síntesis periodística de la novela “Maquillaje de Un Crimen”·,cuyo autor es Ricardo Belmont Cassinelli, va llegando al punto crucial en el cual el joven Ricardo, destinado a un trabajo sin categoría, descubre-casi sin querer- el rostro “pirata” del negocio de los cosméticos.

En su inexperiencia, supone que debe alertar a su padre de lo que está sucediendo, sin  imaginar que al hacerlo, abriría las puertas a la desgracia.

Pero, dejemos, que el autor, nos lo cuente en sus propias palabras.

-------------------------------------------------

“Papá-dije entrecortado con el teléfono entre los dedos- tengo un hallazgo, que no te puedes imaginar. Tengo que mostrártelo personalmente. Sería bueno que vengas a la fábrica. Estoy aquí y no quiero moverme. Ven por favor”,-dije a través de la bocina, en tanto mi viejo, casi no me respondía más que por monosílabos. Evidentemente, estaba sorprendido.

Cuando llegó a “Robel” y le mostré lo que había descubierto, se quedó prácticamente de una pieza.- “Ricardo ¿qué hacemos?-me dijo.

En ese momento, no sabíamos si llamar a un Notario a fin de que verificara lo que acabábamos de descubrir y levantara un acta que certificara lo que a todas luces era un delito. Una modalidad de “pirateo” de fórmulas e insumos de propiedad de “Helena Rubinstein”. Una manera de competencia desleal y además, una evidente estafa a uno de los socios fundadores de negocio. Es decir a mi padre.

Don Augusto, era un hombre que no daba mayor valor al dinero. Siempre vivió más interesado en el arte, la filosofía, la cultura. Un soñador, que solía crear empresas para luego dejar que fueran manejadas por otros.

En este caso, eso era lo que había hecho, entregando su creatividad, su ingenio y su proyección de ideas a su hermano Fernando, que siempre fue un auténtico empresario. Un hombre de resultados concretos, un cultor del dinero.

En mi espíritu brotó entonces, una sensación de culpa, por haber generado-con mi descubrimiento-un tremendo pleito familiar. Y lo había hecho, creyendo proteger a mi adorado viejo.

Todavía recuerdo la tarde en que lo vi llorar mientras me decía:”Nunca pude pensar que mi hermano Fernando me fuera a traicionar de esa manera”.

-Yo trataba de consolarlo, pero las cosas eran demasiado tremendas para apagar su fuego con algunas palabras. Mi padre, por entonces, no era un hombre viejo. Apenas había superado la cuarentena. Nos queríamos mucho y aunque han pasado los años y él está ya, en otra dimensión del universo, sigue presente en mi vida, en mis sentimientos y en los ideales que me inculcó con  tanto cariño.


EL DERRUMBE MORAL

Recuerdo como si fuera ayer, esa tarde de 1966.Tarde de verano, era el 14 de febrero,”Día de los Enamorados” y yo, un muchacho que acababa de terminar la universidad, continuaba mis labores de “cargador de cajas”, si bien, entendía, que ya nada era igual, que todo había empezado a derrumbarse.

Serían como las tres de la tarde, cuando mi tío me mandó llamar al segundo piso de la fábrica, donde funcionaban las oficinas administrativas.

Las instalaciones correspondían a la antigua” Droguería Francesa”, fundada por mi abuelo, en General Varela 1164.

Subí unas  cuantas gradas de la escalera  gastada por los años. Crucé una larga fila de escritorios y me proyecté al fondo del pasadizo, donde estaba la oficina de mi tío, que había heredado todo lo que fundara mi abuelo Alejandro Belmont Marquesado,” descendiente del Mariscal castilla”, como le gustaba recordar.

Ante un imponente escritorio de madera antigua, me esperaba mi tío Fernando-que para mi había sido siempre un ícono de cariño y respeto,- flaqueado por sus hijos Fernando y Eduardo.

Con cara de pocos amigos, me dijo a quemarropa: “Tú hs venido acá a trabajar y no a preguntar ni a molestar, ni a meterte en temas que no te competen “.- Yo vi a mis primos, muy elegantes como de costumbre y algo confundido por la situación, atiné a responder:” Tío, yo pensé, que mi papá, era tan dueño del negocio como tú. Pero mientras tus hijos se pasean como dueños únicos n el almacén, a mi me tratan como un  obrero más. Y yo quisiera saber el porqué de esta diferencia”.

-“No te permito que me hables así- me respondió levantando la voz. Voy a hablar con tu padre. Eres un insolente”.


MI TÍO…YA NO ERA MI TÍO

-En ese instante, mi querido tío Fernando, a quien llamábamos “Din”, se me vino abajo. Se destruyó la imagen del tío admirado, exitoso. Un símbolo de la unión de la familia Belmont. Alguien siempre presente en las reuniones dominicales. Ese hombre que me gritaba y me trataba de insolente, no podía ser mi tío “Din”. La maldición del dinero, lo había transformado en otra persona. Ese señor, no podía ser mi tío. Era, definitivamente, un ser desconocido.

Esa misma tarde, mi tío-que ya no era mi tío- telefoneó a mi padre, adelantándose a mi llamada y le dijo: “Augusto, quiero conversar contigo. Tenemos que separar los negocios”.

-Y aquél día las negras alas de la desgracia se abatieron sobre la familia en pleno, y destruyeron moralmente a mi padre, que recibiría un golpe del cual, no se pudo recuperar jamás.

-“Augusto. Vamos a separar los negocios, Tú te quedas con las radios y yo, me quedo con los laboratorios”.

La suerte parecía –y estaba-echada. Las acciones de los negocios, dormían en una caja fuerte de la “Droguería Francesa”.-Mi tío Fernando, -hábil negociante- tenía todo a su favor y le hizo a mi padre una oferta abusiva y ventajista.

Puso sobre el tapete, las condiciones que él fijó a su antojo y le dijo a mi padre, finalmente:”esto es lo que te corresponde. Lo tomas o lo dejas”

-En ese punto, mi padre, pareció reaccionar y aunque su actitud no lo reveló, había tomado una decisión. Haría una contrapropuesta.

Algo que desencadenaría un verdadero enfrentamiento que habría de representar el rompimiento definitivo de la familia Belmont.

(MAÑANA: LA GUERRA DE LOS BELMONT)
- See more at: http://elhermanon.com/index.php/rss/item/2650-maquillaje-de-un-crimen-viii#sthash.8ZOXubxF.dpuf

No hay comentarios:

Publicar un comentario