“Sé que mi padre, no se recuperó nunca de ese golpe. Pero yo tenía que seguir peleando. Como en un match de campeonato mundial”.
“Nos Quedamos En La Calle”
Nota de Redacción.-En el capítulo anterior de esta interesantísima serie, nos detuvimos en el momento en que Ricardo Belmont, empieza a relatar lo que podría denominarse, como la historia de un despojo. Y justamente llegamos al punto en que Ricardo-entrevistado por el suplemento VSD de “La República”- enfrenta la dura realidad de asistir al instante en que su padre pierde la totalidad de un patrimonio, logrado gracias a una infatigable labor pionera empresarial en el campo de las comunicaciones.
Habla Ricardo: “Nos quedamos en la calle y en la época en que recién comenzábamos con el Canal Once. Entonces, se juntaron la falta de respaldo económico, con la intervención del gobierno militar. Lo que pasó, todos lo saben”.
-Mientras da rápidas vueltas en la oficina de su hermano, dirá que al perder su familia todo, de parte del resto de su familia, maduró de golpe y lo que pudo ser un muchacho frívolo más, se convirtió en el empresario que sigue siendo. Acababa de salir de la universidad, y de todo lo que había tenido su padre, sólo le quedaron dos grabadoras. Con dos grabadoras empezó. Se le ha quedado grabado.
-“Comencé a vender programas en provincias. Todos los años 72 y 73, me los pasé vendiendo programas radiales en provincias. Con el dinero que obtuve, con unos amigos, tomamos “Radio Universal” y así nació “RBC”.
-Era 1976. Como lo de la revancha se le había metido en la sangre, se metió de promotor de boxeo y mientras crecía RBC, Belmont llevaba al triunfo, del título sudamericano, a Marcelo Quiñones. El hombre estaba embalado.
Recuerda Belmont, que Enrique De La Piniella, su gerente, hermano del periodista asesinado en Ucchuraccay, le dijo una vez que porqué no se atrevía con el micro, que quien sabe, a lo mejor….RBC quedaba entonces en el callejón Villegas, en la avenida Argentina. Luego quedaría en la avenida Faucett, cuando ya Belmont se había atrevido.
RUMBO A LA TELEVISIÓN
Le gustó el micro a Belmont. Desde el principio, se preocupó por hablar en tono directo a la gente. Se preocupó también por hacer que el público se convierta en protagonista de la programación de su radioemisora. Nació entonces, la sección “Habla El Pueblo”, con la cual, Belmont cumpliera tantas inolvidables campañas de contenido social.
Belmont llega a la televisión el 3 de diciembre de 1977. “Todo el golpe que recibí como consecuencia del despojo que sufrió mi padre, me vinculó con el sufrimiento de la gente. Ver a mi tío como verdugo de mi padre, lo tengo muy claro, me vinculó con el dolor. Yo se que mi padre jamás se pudo recuperar de ese golpe. Pero esa ingratitud, ese despojo inadmisible, me llenó de fuerza y rabia para trabajar. Ahora, se ha enriquecido con la alegría, que jamás nunca me abandonó. Pero al principio, tenía que trabajar muy fuerte”.
(MAÑANA: AMIGOS Y ENEMIGOS).
